Introducción
Elegí como tema a Juan José Paso no solo por la importancia que tuvo en nuestro país (aunque no se suele tomar mucho en cuenta) sino que Paso fue un político profundamente apasionado y sacrificado más allá de errores y debilidades humanas. Él fue talentoso y honesto, él tuvo el coraje y el honor de ser uno de los padres de la revolución que a principios del siglo XIX conformo la República Argentina.
Lo que quiero lograr con este informe es que se pueda saber más sobre todo lo que participó y contribuyó a nuestro país, obviamente también voy a redactar sobre su vida y origen.
Espero les vaya a gustar y desde ya gracias por leerlo.
Caro Amuedo
Los Referentes de la Historia
Los momentos difíciles de la historia casi siempre causan la búsqueda de una nueva sociedad mediante cambios dramáticos y dolorosos o acuerdos pacíficos.
Cuando las circunstancias hacen inevitable y necesario que un conjunto de individuos elijan el camino revolucionario, luego todos recuerdan a los hombres que toman las armas, como por ejemplo a principios del siglo XIX, José de San Martín, Manuel Belgrano, Cornelio Saavedra, entre otros.
Sin embargo, otros personajes aparecen en ámbitos no menos importantes como la construcción de los acuerdos políticos, las nuevas normas y la base de las ideas de la nueva sociedad.
Entonces, por ejemplo, recordamos a Mariano Moreno, Juan José Castelli, Gregorio Funes, Manuel Belgrano, entre otros. Pero en el caso de Belgrano, se lo recuerda mucho más como General.
Así, existen numerosas figuras de la política que no ocupan en la memoria de los argentinos el lugar que se merecen. Uno de ellos, modelo de honestidad y pasión, es el abogado Juan José Paso.
Los comienzos de la Revolución
Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata en 1806-1807 marcan el comienzo de un proceso revolucionario en estas tierras. La capacidad de organización y defensa de los habitantes del Virreinato, en comparación con la ineficacia del Virrey, Marqués de Sobremonte, para reconquistar y defender esta parte del entonces decadente imperio español, llevó a sus pobladores a sentir una particular «decepción» por las autoridades reales y una gran confianza en sus propias fuerzas materiales e intelectuales.
Se desconoce bastante el accionar político de Juan José durante la primera invasión inglesa. Sin embargo, verdaderamente empieza a destacarse después de la reconquista, el 12 de agosto, especialmente durante el Congreso General dos días después.
El Cabildo, fue el escenario, mientras 4.000 personas en la Plaza seguían los acontecimientos. El pueblo y la tropa exigían que el Capitán de Fragata Santiago de Liniers, tuviese el mando de las armas de Buenos Aires en vez del Virrey, quien había abandonado la ciudad sin haber desarrollado una defensa aceptable ante el invasor británico ni conducido su reconquista. Como resultado, el Virrey no fue aceptado en la capital y tuvo que irse a Montevideo. Allí escribe una quejosa y extensa carta al Príncipe de la Paz, Manuel Godoy (el verdadero gobernante de España en esos tiempos), donde Sobremonte se descarga contra los «mozuelos despreciables», refiriéndose a Juan José Paso, Manuel José Lavardén, Joaquín Campaña y Juan Martín de Pueyrredón, quienes «fueron los que tomaron la voz en el tal Congreso, y con una furia escandalosa intentaron probar que el Pueblo tenía autoridad para elegir quien le mandase a pretexto de asegurar su defensa» , estos términos, y acusaciones coinciden con otra carta enviada por el Fiscal Antonio Caspe, quien no critica a la gente sino al grupo de letrados que los convence » de los que hay mayor número que el que conviene para este Pueblo”.
El argumento por el cual, faltando el gobernante, «el pueblo elige al que mejor le parezca» básicamente es el punto de vista legal y político por el cual se realizan numerosas Juntas en España en 1808.
Ni más ni menos son las mismas teorías que inspiran el intento de establecer una junta en Buenos Aires en la fallida revolución del 1º de enero de 1809, encabezada por el Alcalde Martín de Álzaga, el héroe de la Segunda Invasión Inglesa.
Ante los problemas en España causados por el avance del imperio napoleónico, el Virrey Cisneros convocó (dado que estaba en duda su autoridad) a un Cabildo Abierto para el 22 de mayo en el cual se lucieron Juan José Castelli y Juan José Paso.
Origen y formación intelectual
El abuelo de Juan José, Pedro de el Passo, era originario de Ribas del Mar (una pequeña aldea de San Pedro de Bugadillo), cercana a Santiago de Compostela (Galicia).
Don Pedro se casó con Isabel Trenco y de esa unión nació Domingo de Passo, quien, alrededor del año 1750, como posteriormente hicieron tantos gallegos, decidió ir al Río de la Plata en busca de nuevos y prósperos horizontes. Llegó a una Buenos Aires de tan sólo veinte mil habitantes.
El matrimonio de Domingo y María Manuela Fernández Escandón tuvo hijos que fueron importantes dirigentes porteños, el más destacado nació el 2 de junio de 1758.
Sobre su apellido, el ilustre periodista gallego de principios del siglo XX, Manuel Castro López, informa que el abuelo de Paso aparece en algunos documentos como Don Pedro do Pazo. Esto implica que el apellido Paso es producto de una mala castellanización, porque su correcto cambio del gallego al castellano sería «del Palacio».
Domingo fue un panadero con bastante fortuna, para 1791 se lo consideraba como el principal en esa actividad, proveedor en la Plaza Mayor y con una tienda en la actual calle Alsina (en ese entonces calle San Carlos Nro. 25), cercano al Convento de San Francisco.
Fue en este convento donde muy probablemente realizó sus primeros estudios Juan José Paso, debido a que se enseñaba gramática y latín a los niños. Se conservan documentos de su ingreso en el Convictorio de Monserrat, que formaba parte de la Universidad de la ciudad de Córdoba, del 3 de marzo de 1774. Aunque los jesuitas habían sido expulsados de estas tierras, muchas de sus ideas, como el rechazo al origen divino de la autoridad y a las monarquías absolutas, no desaparecieron con la llegada de los franciscanos. Allí Paso obtuvo los grados más elevados, como Maestro de Filosofía y Doctor en Sagrada Teología, a los 21 años
Ya en Buenos Aires, Juan José es ayudante de la Cátedra de Filosofía, dictada por Pantaleón Rivarola en el Colegio San Carlos. En este mismo lugar se hizo cargo del Curso de Filosofía desde el 28 de febrero de 1781, después de haber sido elegido por concurso en un acto presenciado por el Virrey y el Obispo.
Otros cursos que posteriormente también dicta son: Lógica, Física, Metafísica y Filosofía en una nueva oportunidad.
En los años que estuvo en el Colegio San Carlos como profesor, pasaron una cantidad de figuras que posteriormente fueron las forjadoras de la revolución: Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Ildefonso Ramos Mexía, Manuel Warnes, Agustín Gascón entre muchos otros.
En 1783 finaliza su último curso y decide estudiar leyes en la reconocida Universidad de San Francisco Javier de Charcas, en donde todavía estaba fresco el recuerdo de la sublevación de Tupac Amaru. En 1791 logró el título de abogado y ejerció unos años la profesión en Lima. Pero como sufría de hidropesía para 1802 retorna a su ciudad natal. El 12 de febrero, del siguiente año, jura ante el Virrey y representantes del Real Tribunal de Hacienda y de Audiencia con el cargo Agente Fiscal Perpetuo, cargo que mantiene hasta la Revolución de Mayo de 1810. Siendo en esos tiempos uno de los primeros pobladores de San José de Flores
El Cabildo Abierto del 22 de mayo
Entre todos los que en esa histórica asamblea tomaron la palabra sin duda alguna quien más se destacó fue Juan José Castelli, porque con suma precisión planteó las razones que de hecho y derecho justificaban el cese del Virrey Cisneros en su cargo y la creación de una junta de gobierno. Ya que al no existir autoridad legítima se rompen los vínculos de dominio con la Corona y retornan al pueblo «los derechos de soberanía» permitiendo crear un nuevo gobierno. Nadie pudo rebatir los argumentos de quien fue llamado «el orador de la Revolución», pero si complicarlos. El Fiscal Manuel Genaro Villota explicó que la ciudad de ciudad de Buenos Aires no tenía por sí solo derecho alguno a decidir sobre la legitimidad del Gobierno sino en unión de toda la representación nacional, y mucho menos a elegirse como un Gobierno soberano. Varios solicitaron la participación de Paso, quien manifestó que ante los peligros de una invasión francesa (temores muy fundados en aquel entonces) corresponde la «inmediata formación de una junta provisoria de gobierno a nombre del señor don Fernando VII; y que esta invite cuanto antes a los demás pueblos del virreinato a que concurran con sus representantes a la formación del gobierno”.
Entre todos los que en esa histórica asamblea tomaron la palabra sin duda alguna quien más se destacó fue Juan José Castelli, porque con suma precisión planteó las razones que de hecho y derecho justificaban el cese del Virrey Cisneros en su cargo y la creación de una junta de gobierno. Ya que al no existir autoridad legítima se rompen los vínculos de dominio con la Corona y retornan al pueblo «los derechos de soberanía» permitiendo crear un nuevo gobierno. Nadie pudo rebatir los argumentos de quien fue llamado «el orador de la Revolución», pero si complicarlos. El Fiscal Manuel Genaro Villota explicó que la ciudad de ciudad de Buenos Aires no tenía por sí solo derecho alguno a decidir sobre la legitimidad del Gobierno sino en unión de toda la representación nacional, y mucho menos a elegirse como un Gobierno soberano. Varios solicitaron la participación de Paso, quien manifestó que ante los peligros de una invasión francesa (temores muy fundados en aquel entonces) corresponde la «inmediata formación de una junta provisoria de gobierno a nombre del señor don Fernando VII; y que esta invite cuanto antes a los demás pueblos del virreinato a que concurran con sus representantes a la formación del gobierno”.
La votación determinó el cese del Virrey Cisneros y finalmente el 25 de mayo se conforma una Junta Provisional Gubernativa con la presidencia de Cornelio Saavedra y ocho diputados (entre ellos, Belgrano y Castelli), ejerciendo la secretaría, Mariano Moreno y Juan José Paso.
Por lo tanto, el 25 de mayo de 1810 no constituye exactamente un corte, más bien una adecuada resolución dentro de las clásicas preceptivas del derecho político hispano, que encontraba en Juan José Paso a uno de sus principales adalides.
Primera Junta
A la edad en que la que normalmente se buscaría reposo, Paso se da de lleno a la pasión política alcanzando enorme éxito y, en el flamante gobierno porteño, que jura por Fernando VII, se desempeña como Secretario junto con Mariano Moreno, el verdadero motor de la Primera Junta.
Al poco tiempo se le encarga la importante misión de conseguir la adhesión de Montevideo, ciudad a la cual llegó 12 de junio acompañado por sus hermanos Ildefonso y Francisco. En un principio no se le permitió la entrada pero finalmente su elocuencia convenció al Cabildo de Montevideo de convocar al vecindario para oír al enviado de la Junta de Buenos Aires. Su principal opositor José María Salazar, había expresado el peligro de permitir a Paso hablar públicamente, porque era hombre «muy instruido, y de grande elocuencia». El discurso de Paso fue largo y al terminarlo se produjo un prolongado silencio. Salazar, que había comprendido que su causa estaba perdida, tomó la palabra e imputó a la Junta porteña varios falsos delitos. Paso intentó responder pero no se le permitió. Uno de los presentes solicitó una votación para terminar con el enfrentamiento pero Salazar lo impidió manifestando que no era necesario y que su opinión era la del pueblo… los gritos de sus seguidores, dieron vuelta lo que había sido una victoria de la elocuencia de Paso; rechazándose la unión con Buenos Aires. Paso tuvo que retirarse apuradamente pues su vida corría peligro. El 12 de agosto la Junta cortó toda relación con Montevideo.
Pronto surgieron, a pesar de los éxitos, fuertes desavenencias entre los integrantes de la Junta, formándose dos partidos bien diferenciados, uno que tenía como conductor a Saavedra y el otro a Mariano Moreno. En este grupo se encontraba Paso, aunque siempre manifiesta una notable independencia de criterio, una mayor serenidad y habilidad política. Luego de la desaparición de Moreno los denominados «morenistas» se organizan en la Sociedad Patriótica, creada en marzo de 1811. En ella no participa Paso, y eso le salva del destierro cuando el partido provinciano se hace cargo totalmente del gobierno luego del golpe de mano realizado con apoyo militar el 5 y 6 de abril. Paso, que es ese momento rondaba los 50 años, conserva su cargo, pero su labor pasa desapercibido y a decir verdad a partir de ese entonces toda la tarea de la Junta se torna caótica y «reducida a un estado de verdadera nulidad».
El Triunvirato
La ineficacia de la Junta Grande, sumada a la derrota militar de Huaqui, provocaron su caída. Saavedra, que se había hecho cargo personalmente del ejército del norte tuvo que exiliarse. El partido porteño retomó el poder e impuso fuertes cambios de gobierno. El ejecutivo fue desempeñado por un Triunvirato constituido por Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea y Juan José Paso. Nuevamente se invocó que se gobernaba en nombre de Fernando VII.
Siendo parte del triunvirato se destacó en el decreto de libertad de imprenta, que asegura la publicación de las ideas sin censura previa, y el de Seguridad individual, en el cual se legisla por primera vez en estas tierras sobre los derechos que tienen todo ciudadano «a la protección de su vida, su honor, de su libertad y de sus propiedades». También se incluye que nadie puede ser arrestado sin prueba ni ser penado sin un proceso.
Para abril de 1812 Paso es reemplazado, como estaba previsto, y se desempeña en otros cargos y tareas como la preparación del reglamento del Tribunal de Concordia.
Para ese entonces en Buenos Aires aparece un nuevo grupo de poder: la Logia Lautaro, organización masónica dirigida por José de San Martín y Carlos María de Alvear con una finalidad más independentista. Paso por su parte empieza a sumarse a la oposición con un partido propio que dirigía su hermano Francisco.
En la Revolución del 8 de octubre, cívica y militar, un frente común realizado por miembros de la Sociedad Patriótica, la Logia de Lautaro, y el partido de Paso, derriba al Triunvirato e instan a la reunión de un Cabildo Abierto que elige un nuevo triunvirato a cargo de Nicolás Rodríguez Peña, Álvarez Jonte y Juan José Paso. Ellos convocan a una Asamblea General Constituyente y a la organización general del estado. En conclusión, independencia y constitución.
La Asamblea fue inaugurada el 31 de enero de 1813 con la presidencia provisoria de Paso representando al Ejecutivo. Dominada por miembros de la Logia Lautaro se eligió como presidente a Alvear.
Chile y su retorno al poder
En diciembre de 1813, Paso es enviado a Chile, con el cargo de Enviado Extraordinario, como representante del gobierno, como una manera de tener un hábil representante y alejar a un competidor político. Paso retorna a Buenos Aires en diciembre de 1814 y se mantiene por poco tiempo alejado del poder pero no al margen de la política.
Para junio de 1815 asume como titular en la Asesoría de Gobierno y Auditoría General de Guerra, un cargo de primera línea por ser confidente directo del Director (como Asesor) y en contacto con los profundos temas militares (como Auditor) especialmente en momentos de la guerra por la independencia.
En este cargo se destaca su encendida defensa del entonces Coronel Guillermo Brown. El célebre marino irlandés, héroe de la conquista de Montevideo en 1814, había zarpado en septiembre de 1815 para hostilizar al enemigo en el Océano Pacífico. El espíritu aventurero de Brown lo llevó también al Atlántico, desobedeciendo claramente al gobierno. Al retornar a Buenos Aires es juzgado y condenado por un Tribunal Militar (31 de julio de 1819). Para Paso la desobediencia se compensaba con las victorias y los beneficios económicos obtenidos, así es como el Director Supremo, José Rondeau, sigue los consejos de su asesor y auditor y le restablece la libertad, grado y empleo al heroico almirante.
Pronto
le toca otro destino por el cual debe pedir licencia en ambas funciones en
septiembre, pero volverá a ejercerlas en 1819 hasta febrero de 1820. Esta
interrupción se debe a que en 1815 fue elegido como Diputado al nuevo Congreso
General que se realizaría en la ciudad de Tucumán.
Paso
después formo parte, junto a otros cuatro diputados, de una Comisión redactora
de una Constitución. Para ello se examinaron los proyectos presentados en la
Asamblea del Año XIII, y los Reglamentos Provisorios de 1815 y 1817. También se
tuvieron en cuenta las constituciones europeas, la francesa de 1781 y la
española de 1812, ambas de carácter monárquico constitucional.
El legislador
Esta Constitución fue jurada el 25 de mayo de 1819 y todas las expectativas generadas fueron sin sentido porque fue rechazada por las provincias debido a su carácter fuertemente centralista. La sublevación de Ramírez y López, derrota y disuelve al gobierno y al Congreso en la batalla de Cepeda (1 de febrero de 1820). Paso sufre persecuciones políticas hasta que Buenos Aires logra organizarse como provincia, con un gobernador a cargo del Poder Ejecutivo y una Junta de Representantes en el legislativo de la cual forma parte Paso.
A lo largo de su carrera pública nunca hizo fortuna, es más, se agravó su situación en los últimos años porque no percibía ningún tipo de sueldo siendo representante, no se le había pagado el último año como Asesor y Auditor, al igual que como Diputado en el Congreso. Ante una situación de penuria solicitó que se le abonase los sueldos adeudados. Sólo pidió lo que legítimamente le correspondía después de haber servido a su patria desde los inicios del proceso revolucionario. Sin embargo, su actividad no termina, solo concluirá con su muerte. Se convoca a un nuevo Congreso Nacional, que dura desde fines de 1824 a 1827, y que lo tiene como Diputado por Buenos Aires ya con 69 años.
Tras
la caída de la presidencia de Rivadavia, las guerras civiles entre unitarios y
federales toman una pausa con el nombramiento de gobernador provisorio de
Buenos Aires del general Juan José Viamonte, quien debe elegir a la brevedad un
Senado Consultivo de 24 personas entre los «los notables del país». Juan José Paso es uno de los miembros. El
organismo asesor instaura la legislatura que elige como gobernador de Buenos
Aires a Juan Manuel de Rosas. Sin embargo Paso no se lleva bien con el nuevo
caudillo. Pero no preocupó por mucho tiempo a Rosas porque fallece el 10
septiembre de 1833. Su hermano Ildefonso pagó los gastos del entierro. El
gobernador Balcarce dictó un decreto de honores autorizando un monumento en el
Cementerio del Norte. Cuando muere se encuentra en perfecta lucidez en la casa
que fuera de sus padres en Flores. En su testamento surge la valuación en
40.000 pesos. Pocos bienes dejó a su familia y amigos.
Conclusión
Este trabajo fue complicado en el sentido de encontrar información sobre este prócer; es una lástima porque él tuvo una gran trayectoria en nuestro país.
Si, hubiera elegido otro personaje y la próxima vez voy a investigar un poco más a la hora de elegir el tema en mi próximo trabajo. Eso no significa que no me haya gustado trabajar con este tema, pero si fue difícil encontrar información suficiente sobre Paso.
Lo que más me llamo la atención sobre el tema que elegí fue que Juan José Paso hizo muchas más cosas en nuestro país de las que me había imaginado. Aprendí mucho sobre el en este informe y también recordé cosas sobre la historia argentina.
También me llamo la atención que no es muy recordado en la argentina y eso me decepciona.
Mi conclusión sobre este trabajo es que Paso estuvo en muchos acontecimientos importantes en los que yo no tenía idea que había estado y creo que sería bueno que otras personas también lo sepan y puedan aprender más sobre la historia argentina.
Glosario
Referente: Cosa o persona tomada como referencia o modelo de otras
Revolución: Cambio violento y radical en las instituciones políticas de una sociedad
Ineficacia: Incapacidad para producir el efecto deseado
Mozuelo: Persona joven
Prósperos: Que progresa en riqueza o poder
Gramática: Estudio y descripción que tiene como objeto establecer los elementos que componen las lenguas y las reglas que rigen su comportamiento.
Convictorio: De convictor. En los colegios jesuitas, departamento donde viven los alumnos.
Jesuitas: Miembros de una orden religiosa de la Iglesia Católica fundada en 1534 por Ignacio de Loyola.
Franciscanos: Miembros de una orden religiosa que sigue la regla de San Francisco de Asís.
Sublevación: Rebelión de un grupo numeroso de personas que pueden ser tanto civiles como militares contra la autoridad.
Hidropesía: Acumulación anormal de líquido en alguna cavidad o tejido del organismo.
Fiscal: A instancias de la justicia, el fiscal es aquel funcionario público que en un proceso judicial tiene la responsabilidad y obligación de representar al estado
Logia: Asociación de masones
Asesor: Especialista que presta consejo sobre algún tema
Auditor: Inspector o revisor de
cuentas
Bibliografía
Revista digital Sitio al Margen
Pablo Rodriguez Leirado – Junio 2001
Noticias Históricas de la República Argentina
Ignacio Nuñez – Buenos Aires 1857
Juan José Paso – El Político
Héctor J.Tanzi – Argentina 1998
Felipe Pigna
Los mitos de la Historia Argentina
Felipe Pigna – Buenos Aires 2009